Elizabeth González y Tony Santaella denunciaron las “condiciones inhumanas” en las que se encuentra su hijo, Eliander Santaella, detenido el pasado 8 de agosto en una alcabala en el sector Filas de Mariches en Petare, municipio Sucre, el marco de la represión poselectoral. Eliander Santaella
Eliander Santaella de 25 años, se trasladaba en su moto cuando en una alcabala de la Policía Nacional Bolivariana de la División Contra la Delincuencia Organizada (DAET), le dieron la voz de alto. Los funcionarios policiales le pidieron su teléfono celular y, según cuenta su madre, lo detuvieron por tener un meme de Nicolás Maduro en la galería de fotos.
Desde ese momento comenzó el calvario para la familia Santaella González. A cambio de la liberación del joven, quien es barista y bartender, los funcionarios estaban pidiendo la suma de 10 mil dólares para no procesarlo, monto inaccesible para ellos y menos en un tiempo récord de apenas un par de horas.
El joven fue trasladado al Helicoide, en Caracas, luego a los calabozos de la PNB en Boleíta, también conocida como la antigua Zona 7, después a Yare III, en el estado Miranda y, finalmente, a la cárcel de Tocorón, en Aragua.
Tocorón es reconocida por ser una de las cárceles más violentas del país, donde las riñas y las deficiencias administrativas y sanitarias eran cotidianas hasta el año 2014 cuando el crimen organizado a cargo de la megabanda criminal el Tren de Aragua, tomó el control del establecimiento y convirtió el lugar en un oasis que contaba con piscina, discoteca, estadio de béisbol y un zoológico.
A los tres días de estar bajo custodia de la PNB, Eliander Santaella fue presentado a través de una audiencia telemática a cargo de Franklin Mejías Caldera, Juez 4° de Control con competencia en Terrorismo.
Elizabeth González denunció que aunque las actas policiales indican que su hijo fue detenido en la protesta del 29 de julio, tienen pruebas de que el joven ni siquiera estuvo en la manifestación, argumentos que han sido desestimados.
“Enfermo y bajo de peso”
Los problemas de salud que están enfrentando los detenidos en Tocorón y demás cárceles del país por motivos políticos, parecen ser el común denominador entre los más de 1.700 presos que contabiliza la ONG Foro Penal Venezolano luego del 29 de julio.
González denunció que el pasado 1 de octubre pudo ver a su hijo a través de un vidrio y pudo constatar que está muy enfermo. “Mi hijo se encuentra en condiciones inhumanas. Desde hace más de 15 días presenta un cuadro muy fuerte de vómito, fiebre y diarrea y no le han prestado atención médica… ha perdido más de 20 kilos”.
Los padres de Eliander Santaella pidieron al director de la institución la aprobación para llevarle alimentos y medicinas, pero la respuesta fue que “no estaba en un hotel cinco estrellas”.
“Mi hijo está muy deshidratado, muy enfermo, pero los custodios nos dicen que Tocorón está mejor dotado que el Hospital de Coche”, dijo González.
Los padres de Eliander Santaella exigen la liberación del joven porque no participó en dichas protestas. Denunció que no le permiten la defensa privada, ni el paso de alimentos, hidratación y medicinas. Sumaron que los custodios le impiden que hable con confianza porque en los 10 minutos que dura la visita, los interrumpen a cada momento como forma de coacción.
“Hay más de 1.800 personas detenidas por la misma causa, los mismos cargos y los mismos delitos que les han imputado a todos, terrorismo, incitación al odio, es inhumano todo lo que están viviendo todos ellos allá adentro. Exigimos que liberen a mi hijo”.

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