En Venezuela, las mujeres muy pocas veces pueden acceder a puestos de poder u obtener los más altos cargos dentro de una empresa o en el gobierno. Un ejemplo de ello es la nula participación femenina en las elecciones presidenciales de este 2024, donde a la candidata opositora, María Corina Machado, se le impidió formalizar su postulación por inhabilitación.
Por eso es necesario romper con un sistema en el que “a las mujeres se nos cría para ser tranquilas, sumisas, obedientes, predecibles”. Y eso es lo que aplica la escritora feminista Susana Reina en su nuevo libro “Atrevidas: Manual Básico para el Activismo Feminista”.
Reina es una psicóloga con Máster en Administración de Empresas y Mercadeo y fundadora de la ONG venezolana FeminismoINC, la cual trabaja por el empoderamiento femenino para que más mujeres accedan al poder económico, político y social en sus ámbitos de influencia. Ha obtenido el reconocimiento de la Embajada de los Países Bajos en Venezuela, como una de las 100 protagonistas que promueven la igualdad de género en el país.
El libro es un manual producto del compromiso de la autora con el desarrollo de habilidades y competencias en las mujeres para acceder a posiciones de poder, para romper barreras que las frenan y para, a pesar de todas esas otras que consiguen en el camino como parte de un sistema que las estereotipa, atreverse a ser y accionar. Pero además, también es una guía para quienes trabajan por la defensa de los derechos de las mujeres.
El atrevimiento pone en camino la acción
En entrevista con Runrun.es la activista Susana Reina destaca su gusto por la palabra “atrevimiento”, pues considera que es un concepto que con solo mencionarlo “se pone en el camino de la acción”.
“Es una capacidad que tú puedes desarrollar y que involucra no solamente tus juicios e ideas, sino también lo que tienes a nivel de energía entre tu cuerpo y tu emoción. Las emociones mueven, por lo tanto, el atrevimiento supone capitalizar ese gran activo que las mujeres tenemos y por el cual a veces nos agreden y nos insultan por clicar emocionales como defectos, pero que son un acervo grandísimo de poder”, señaló.
Reina, quien también es coach ontológico empresarial y especialista en políticas públicas con enfoque de género y en empoderamiento económico y político de las mujeres, espera enseñar a las mujeres a activarse con las emociones, el cuerpo y el lenguaje, de modo que puedan defender sus principios y atreverse a decir “¡basta!” ante las discriminaciones y agresiones que pueden sufrir, así como a reclamar y exigir lo que consideran importante en sus vidas.
“Lo que podemos hacer de inicio, es reconocer ese potencial enorme que tenemos para atrevernos y quitarnos el juicio de que una atrevida es una mujer pecadora o una no mujer, y no seguir jugando el juego patriarcal de la sumisión del espacio del silencio”, acotó.
Reina ha trabajado durante años por el empoderamiento femenino en las empresas. Por eso creó FeminismoINC en el 2015, para apoyar a mujeres de carrera empresarial para que identifiquen modelos patriarcales de dominación y diseñen estrategias conducentes a su propia afirmación como seres humanos, derribando estereotipos culturales o papeles a los que la sociedad espera que la mujer se adapte.
Mujeres a lo macho
Susana Reina indicó que las empresas no pueden seguir desaprovechando el talento femenino y que muchas mujeres han tenido que abandonar su carrera profesional, no porque así lo quisieran, sino porque hay condiciones culturales y estructurales que les impidieron seguir en esas carreras “masculinas”.
“Muchas de las que llegamos, me incluyo, tuvimos que masculinizarnos. Dejar a nuestros hijos al cuidado de otras mujeres, pobres por cierto, a las que les pagábamos para que se encargaran de ellos, muchos sacrificios y mucho tiempo invertido, que al final uno se plantea si habrá valido la pena o no, pero fueron las decisiones que se tomaron”, añadió.
Para Reina es muy duro que una mujer tenga que decidir entre una carrera profesional y su familia, una decisión que no le toca a los hombres, “porque sabe que siempre alguien le va a cuidar a la familia”.
“Pero las mujeres tenemos ese dilema y no creo que sea por un mandato natural y divino, o porque ese es nuestro destino simplemente que la sociedad está organizada en torno a las necesidades y expectativas de los hombres. A las mujeres nunca se nos consultó, así que yo creo que es momento de que las empresas abran su espacio, amplíen su mirada, incluyan la voz de las mujeres y las escuchen”, agregó.
Educar contra sesgos y estereotipos
Susana Reina explicó que en Venezuela hace falta mucha educación contra “sesgos y estereotipos”, porque aunque hay una legislación y empresas que tienen protocolos para prevenir el acoso y sancionarlo, aún se toman decisiones que involucran a las mujeres con sesgos que no se aplican a los hombres.
“Por ejemplo, las promociones de las evaluaciones de desempeño, el incremento de salarios y el despido, pues por lo general penaliza de una manera diferenciada a las mujeres”, consideró.
También se refirió al concepto de “muro maternal”, que se explica en que se tiene la creencia de que muchas mujeres son menos productivas a la hora de ejercer su rol de trabajadora y de madre a la vez. No existe una conciliación entre ambos debido a que algunas empresas funcionan con una “lógica masculina”.
“Tiene que haber un equilibrio, un reparto de la carga doméstica y mental también corresponsable entre todos los que viven en un núcleo familiar para que esa mujer pueda cumplir su deseo de ser una profesional una mujer de carrera”, agregó.
La psicóloga consideró que esta no es una lucha individual, por lo tanto el primer paso es unirse y tener un atrevimiento colectivo. También resalta la necesidad de entender que, cuando se habla de la maternidad, el ser madre debe ser una decisión y no puede verse como el destino de todas las mujeres, pero destacó la necesidad de que tengan educación sexual y acceso a anticonceptivos.
Igualdad más que inclusión
Hay algunas empresas que rechazan brindar más responsabilidades por ser madres. A juicio de la activista Susana Reina, esas empresas están “perdiendo grandes oportunidades”, señalando que casi todos los reportes de consultoras importantes en el mundo han dado cuenta de “cómo incrementa la inversión, cómo se genera mayor crecimiento en la economía con la incorporación masiva de las mujeres al espacio laboral, pero sobre todo, las posiciones de alta dirección no solamente en la base que es lo que usualmente pasa muchos empleadores”.
Reina instó a recordar que las mujeres no son minoría ni un colectivo, que se trata de al menos la mitad de la población mundial y no exigen inclusión. Más bien, están pidiendo “igualdad”.
“Cuando tú tienes un equipo diverso de hombres y mujeres en forma paritaria, obviamente las posibles soluciones a los problemas van a ser mucho más sostenibles, porque son más miradas, más formas de pensar, más diversidad en las respuestas y entonces eso tiene que ser bueno para la empresa”, apuntó.
Para la activista también es importante comenzar a dejar de criar a los niños varones pensando que su único destino es el trabajo y que también la casa y la cría puede ser parte de sus aspiraciones cuando sean maduros”, de modo que los hombres no sientan que, porque no tienen un puesto estelar en el trabajo, “se le está desplazando y se quedó sin vida”.
“De lo que se trata es de sentar las bases. Una sociedad que valore cosas como la horizontalidad, la cooperación mutua independientemente del sexo, el respeto al que una mujer ejerce el poder, el que eso no sea nada extraño ni raro, que ninguna mujer sea condenada y se le ponga mil obstáculos si quiere alcanzar, los mismos derechos que los hombres han gozado toda la vida”, añadió.
“El máximo atrevimiento es cuestionar, no dar por sentado, no comprar juicios ajenos y mucho menos aquellos que nos anulan y nos invisibilizan en las mujeres”, finalizó.

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