Tanguy Nianzou empieza a sonreír en el Sevilla después de dos años y medio en los que no ha logrado encontrarse a sí mismo. Monchi lo fichó por un precio muy importante, 16 millones de euros procedente del Bayern Múnich para ser el sustituto de Jules Koundé. Pero, claro, la empresa era harto difícil, y más para un jugador muy joven como él.
Ahora, de la mano de García Pimienta, ha encontrado confianza. El catalán apostó por él cuando en Sevilla pocos creían en su juego, muy errático, con errores de concentración muy graves, y ahora ha experimentado una ligera mejoría con Badé como pareja de centrales. Tanto que incluso está siendo llamado por la selección sub’21 francesa, aunque en este parón se ha quedado en Sevilla por una lesión de la que ya está recuperado.
“Trabajo mucho en los entrenamientos y mis compañeros me ayudan a concentrarme en los partidos y entrenamientos. Empiezo a crecer un poco más que en los últimos años”, ha asegurado el central en una rueda de prensa organizada por el Sevilla.
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El jugador formado en la cantera del PSG y por el que apostó fuerte el Bayern Múnich en su día, espera que su crecimiento también vaya parejo al del equipo: “Ahora no es solamente la confianza del míster, es la mía propia porque si no la tienes no vas a conseguir nada. En la mía estoy contento, tengo confianza y trabajo mucho. Es solo eso. Tenemos que ir partido a partido para conseguir los tres puntos en el próximo partido y ver qué va a pasar. Estamos concentrados para el domingo».
El estilo de García Pimienta
Uno de los problemas para su adaptación ha sido el deseo del entrenador de crear el juego desde atrás, con mucho toque de balón entre los centrales y el portero que eleva el nivel de riesgo por las pérdidas, como le sucedió a Agoumé en Leganés. «Solamente hay que acostumbrarse, tenemos para eso los entrenamientos. En este momento trabajo mucho en los entrenamientos, fuerte”, insistía.
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