Los Espuelazos
Una pequeña oficina de Caracas fue el punto de encuentro en el que un grupo de personas se reunió este 31 de marzo para conmemorar el “Día Internacional de la Visibilidad Trans”, una fecha en la que además de celebrar su identidad, la comunidad también busca sensibilizar en contra de la transfobia en todo el mundo.
Cada persona que acudió lo hizo buscando un espacio seguro y de libre expresión de su identidad. El lugar estaba decorado con banderas de la comunidad LGBTIQ+ como la de las personas trans, no binarias e intersex. El ambiente era tranquilo, con una pequeña corneta con música para los momentos de descanso y refrigerios para que los asistentes pudieran hidratarse y comer algo. Las personas que asistieron estaban identificadas con su nombre y los pronombres con los que se identifican.
La convocatoria a esta actividad, organizada por la organización Trans AFAB Venezuela, fue relativamente abierta. Las personas interesadas debían llenar un formulario para registrarse y poder acudir. La expectativa era que se registraran menos de 30 personas, pero según Jonah Sira, director de la organización, se registraron más de 100, lo que calificó como una sorpresa positiva.

Celebrando la identidad trans en un espacio seguro
Probablemente surja la duda de por qué la actividad no fue hecha en un lugar público y con libre convocatoria y la respuesta es simple: Trans AFAB quería promover un espacio seguro en el que las personas que acudieran no estuvieran expuestas a la discriminación, ni a que se presentase algún incidente que pusiera en riesgo su seguridad.
“Decidimos reunirnos en lugares más privados porque en algunas ocasiones a las personas trans nos han perseguido o nos han violentado ya sea física, verbal, o psicológicamente en espacios públicos. Por eso es que intentamos hacerlo en lo que nosotros llamamos ‘lugares seguros’, es decir, espacios en los que las personas trans podamos tener acceso y que no accedan personas abusadoras o violentas”, contó Jonah Sira, cofundador de Trans AFAB Venezuela.
Un informe del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+) señaló que durante el año 2024 se documentaron 40 casos de discriminación hacia la población LGBTIQ+ en espacios públicos en Venezuela, afectando a 65 personas en total. Este informe precisó que los centros comerciales son los espacios en donde más se agrede a personas LGBTIQ+.
Jonah Sira explicó también que Trans AFAB Venezuela es una organización creada por y para personas venezolanas, la cual brinda apoyo integral a las personas trans independientemente de su ubicación geográfica, situación socioeconómica y que cubre tres áreas principales: apoyo socioeconómico, educación y el apoyo sanitario entendido como salud física y mental.
El activismo de Jonah nace de su propia experiencia de vida. Él es oriundo de Coro, estado Falcón, y cuenta que a los 15 años comenzó a tener dudas sobre si se sentía como hombre o mujer. Para ese momento, no sabía que existían las personas trans y se puso a investigar. Fue a los 18 años que supo de la existencia de las personas trans masculinas y comenzó a transicionar.
Pero ese proceso no fue sencillo. Al tener más expresiones masculinas recibió críticas y fue incluso agredido. Tuvo que vivir en el clóset por mucho tiempo hasta que en la época de la pandemia entendió que no quería continuar así y comenzó su transición a los 21 años. Hoy en día tiene 24 y es licenciado en Fisioterapia.

Expresión mediante el arte
Dentro de la comunidad LGBTIQ+ existe una subcultura llamada ballroom. Fue creada por Crystal LaBeija, una mujer trans y afroamericana, conocida por ser una drag queen de Manhattan, Estados Unidos, que fundó la House of LaBeija. A Crystal no le gustaba ver la discriminación que sufrían personas trans, afro y latinas que concursaban en los dragball, por lo que en los años 70 decidió crear su propio espacio para aceptar a todas las personas y que estas se sintieran libres de vivir su propia identidad sin ser discriminadas.
Esa subcultura también hace vida en Venezuela y varios de sus miembros asistieron a este encuentro. Una de sus representantes relató que la cultura ballroom nació en el país hace aproximadamente cuatro años y aunque existe principalmente en Caracas, también se ha extendido a otras ciudades del país como Maracaibo, Maracay, Valencia, Bolívar y Barquisimeto.
“Para mí, ballroom ha sido un escape y un momento de liberación para compartir con otras personas de la comunidad LGBTIQ+, que han encontrado un espacio para expresar su arte y sentirse segures entre todes, como familia y amistades que tenemos una misma vivencia”, manifestó.

Emprendimientos y clóset comunitario
En este encuentro también había un stand del emprendimiento Guayaba Queer. Esta tienda no solo vende las diferentes banderas de la comunidad LGBTIQ+, sino también accesorios y prendas como binders, una faja que se utiliza para comprimir los pechos. Quizás muchos no lo sepan, pero esta prenda genera un bienestar psicológico entre quienes lo utilizan, principalmente la población trans masculina.

Otra iniciativa llamativa de este encuentro fue el clóset comunitario. Quizás al leer esa frase en la convocatoria no se entendía a qué hacía referencia y María Laura Flores, voluntaria de Trans AFAB Venezuela, lo explicó luego. Es un espacio en el que personas de la comunidad dejan sus donaciones de ropa, con la intención de prestar un apoyo a las personas trans a las que se les hace difícil comprar prendas que se adapten a su identidad de género, especialmente en los primeros momentos de transición.
“Nosotros queremos, básicamente, paliar un poco esa transición, hacerla lo más suave posible ,y puedes ayudar porque de repente muchas veces es como, ¿dónde puedo comprar ropa que me quede? Hay tiendas que con la transfobia no te permiten probarte ropa que se acomode a tu identidad de género, entonces aquí queremos hacer un espacio seguro e inclusivo”, dijo Flores.
Las actividades de Trans AFAB no se limitan solo a los clósets comunitarios. También, al menos una vez al mes, organizan actividades de ballroom, despistaje de HIV y sífilis, y muestras de emprendimientos de la población queer LGBTIQ+.

El acompañamiento psicológico es crucial
Trans AFAB también ofrece servicios de atención psicológica para personas trans, lo que es muy necesario para una población que es víctima de discriminación. Yanneri Escobar es la psicóloga de la organización. Explica que su labor consta de atención psicológica de emergencia, atenciones a bajos costos y grupos de apoyo para quienes no tienen los medios económicos para cubrir un acompañamiento privado o individual.
Escobar fue enfática en mencionar las afectaciones en la salud mental que conlleva ser una persona trans, especialmente por el hecho de ser víctimas de discursos de odio, discriminatorios y negación de sus identidades. Esas afectaciones, comúnmente, suelen ser dirigidas hacia “crisis depresivas, la ansiedad trastorno de estrés postraumático, baja autoestima e ideación de suicidio”.

También se habla de derechos
Cuando llegó el bloque de ponencias, uno de los voceros fue Joseph Soto. Él es un hombre trans que formó parte de la Colectiva Transgresores, una organización que, aunque ya no está activa, surgió de la necesidad de romper con el aislamiento impuesto por la sociedad.
Soto dice que el camino de transición es “contracorriente”, pero eso no significa que siempre tengan que estar en una lucha, porque “es agotador” Así pues, considera que lo más importante es decidir “quiénes queremos ser”, independientemente de cómo otras personas perciban su identidad.

La conversación también puso sobre la mesa el tema de los derechos de las personas trans a nivel institucional. Al día de hoy, las personas trans no pueden hacerse el cambio de nombre y esto las ha condenado a vivir bajo la discriminación y el no reconocimiento de sus identidades por parte del Estado. A pesar de que en diciembre de 2022, la Asamblea Nacional de corte oficialista prometió “avances” en este asunto, luego de que cuatro activistas se encadenaran durante ocho días para denunciar la inacción de las instituciones públicas ante sus reclamos, no ha cambiado la situación.
Desde el año 2022 los activistas trans estuvieron ‘del timbo al tambo’, acudiendo a diferentes instituciones gubernamentales como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Asamblea Nacional para discutir sobre el cambio de nombre, pero fue tanto el desgaste y la falta de respuesta institucional que no se siguió asistiendo a estos entes, pues entendieron que no había una iniciativa real para alcanzar el cambio de nombre.
Giordy Quiñonez reveló que hay personas que han logrado hacer el cambio de nombre, pero han tenido que pagar elevadas sumas en dólares. Para él, es triste que esas personas normalmente buscan un beneficio individual y no colectivo, por lo cual, esos cambios no tiene efectos en la lucha de la comunidad trans por el reconocimiento legal de su identidad. Esa es la reflexión con la que culminó su ponencia.

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país
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