Uno de los grandes protagonistas del enorme triunfo realista ante el Barça fue Sheraldo Becker. El extremo de Surinam marcó el gol de la victoria, que era su primero en lo que va de temporada, aprovechando su velocidad para cruzarse en el camino de Koundé, con un disparo certero raso pegado al palo. Estalló Anoeta, celebró con rabia el propio Becker. Se puede decir que se dio la reconciliación perfecta entre todas las partes. Era el día y momento ideal.
Becker había salido de la primera unidad de Imanol en las últimas semanas y probablemente también de la segunda. Llevaba sin ser titular seis partidos consecutivos pese a las rotaciones empleadas por Imanol. La última vez fue ante el Atlético el pasado seis de octubre, encuentro que la Real perdió y en el que el extremo fue sustituido entre pitos por salir andando y por el famoso incidente nocturno que tuvo la noche del 21 de septiembre, tras volver de Valladolid, teniendo entrenamiento al día siguiente.
Imanol decidió que viajara a Niza, donde fue suplente, se quedó fuera por una lumbalgia, según el técnico, del siguiente partido en casa ante el Valencia, no jugó ni un minuto ante el Anderlecht en Anoeta y ante el Atlético fue la primera vez que el público podía juzgarle. Desde ese día sumó seis suplencias y sólo 101 minutos. Con la asistencia en Belgrado casi como único momento destacado. Ante el Barça Imanol entendió que su velocidad podría acabar de inicio con la casi perfecta línea defensiva culé, y así fue.
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