1. Gol quitado, subidón donostiarra
Duelo o táctico en los primeros minutos con la Real Sociedad presionando en campo azulgrana y el Barça intentando ser preciso técnicamente. Vital iniciar bien el juego para ir poniendo a los de Alguacil más cerca de Remiro que de Cubarsí, Iñigo, Koundé y Balde.
Sobre un césped mojado por la lluvia vimos la mejor versión física donostiarra hasta la fecha. Lo corrían todo y cuando el Barça fue dominando el juego y el partido, defendieron con la consigna de aplicarse todos. Kubo y Becker perseguían a Balde y Koundé como si los laterales fuesen ellos.
Los de Flick, con Casadó, Frenkie y Pedri lograron aumentar el ritmo de ataque pero no la frecuencia. La Real siempre estaba con las líneas juntas tanto al inicio presionando arriba como metidos atrás.
Y llegaron las dos acciones que, a la postre, resolvieron el resultado: la primera anulando un gol (pareció habilitado) de Lewandowski con 0-0 en el numerador; y la segunda, minuto 33, el 1-0 obra de Sheraldo Becker que llevaba meses sin cantar uno. Cogió a la defensa de Peña saliendo y la afición txuri urdin celebró el ‘segundo’ de la noche. El quitado al goleador blaugrana y el del extremo neerlandés.
2. Sin regate externo
El partido empezó táctico y con gran despliegue físico pero el gol anulado al Barça dio paso a un duelo psicológico. La Real fortalecida y sin tener que cambiar el plan; los de Flick incrédulos viendo cómo dio la vuelta el encuentro.
Las novedades en el once fueron ver a Fermín en el puesto de Lamine para mantener a Raphinha en la izquierda pero descolgado por dentro. En el medio campo y en el uno contra uno fue donde el Barça fue de más a menos para perjuicio de Lewandowski. Si en los primeros 25 minutos los azulgrana mostraron más poderío que los anfitriones, después y en el segundo tiempo, no.
De Jong recibió un golpe y fue perdiendo verticalidad, Fermín fue cayendo por dentro pero no recibía el centro perfecto y sólo Pedri mantenía el ritmo ofensivo. Con Casadó multiplicándose y la Real contragolpeando, las mejores ocasiones las tuvieron los de Alguacil.
Otra vez Becker en el inicio del segundo acto, un par para Oyarzabal (una de ellas antes del descanso) y otras dos menos claras repartidas entre Kubo y Brais Méndez. El Barça centraba pelotas al área de Remiro pero sin dañar las zonas de Zubeldia y Aguerd. Faltaba un regateador como Lamine capaz de limpiar defensas y atraer rivales. Seguridad para Remiro.
3. Flick mueve ficha pero la Real mantiene el orden
La entrada de Olmo fue lo más destacable en cuanto a mejora ofensiva. El problema es que duró poco tiempo porque no llegó el gol azulgrana.
Lo tuvo Pau Cubarsí de cabeza pero salió lamiendo el poste. Flick fue metiendo banquillo pero por dentro todo intento quedaba repelido en el balcón del área local (con Zubimendi ligeramente por delante de sus centrales).
El esfuerzo físico de Pedri y Casadó (acabó de lateral diestro) fue descomunal pero sin provecho. La Real estaba bien ordenada porque ganaba duelos o las ayudas eran salvadoras.
Lo intentó todo el líder, se dio una paliza física, cambió de posición a su jugador más vertical, Raphinha, pero no pudo sacar nada de Anoeta. A levantarse y a por el Celta.
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