“Mira lo que estás haciendo vivir a tu mamá, cuando llegue va a ser desnudada, humillada y la van a ultrajar por tu culpa, porque eres un terrorista y si te portas mal va a ser peor”, le dijo un custodio a uno de los detenidos en la cárcel de Tocuyito.
Así, bajo ese amedrentamiento, conviven a diario quienes fueron detenidos por protestar después de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Encapuchados, armados y sin identificación los custodios del penal ubicado en el estado Carabobo “atienden” a los familiares que llegan a Tocuyito para ver a sus afectos.
A algunos se les ven apodos en sus uniformes como “proctor, cáncer, libra y serpient”. Les informan que si incumplen las normas no podrán volver a visitarlos, mientras les toman los datos.
Las mujeres eran pasadas a cubículos de forma individual, frente a una custodia que también tenía su rostro cubierto. Debían quitarse la franela, bajarse los pantalones hasta las rodillas, les revisaban el cabello y posteriormente pasaban al detector de metales, donde los esperaban otros custodios encapuchados.
Seguidamente eran llevados a un salón donde están al menos 20 mesones, en cada uno encontraban a su familiar sentado, con sus manos sobre la mesa y amarradas con un precinto de plástico. Los separa una distancia de metro y medio, mientras que las mujeres debían tener sus manos sobre sus piernas durante los 40 minutos que duraba la visita en la cárcel.
Detrás del detenido se encontraba un custodio encapuchado, de igual forma detrás del familiar. No existe privacidad, no pueden hablar mucho porque los custodios están pendientes de lo que dicen o lo que preguntan, según relataron familiares al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Hambre y abandono en la cárcel
Para muchos familiares no fue necesario una palabra, tan solo ver su estado físico de los detenidos se daban cuenta de que no la están pasando bien en la cárcel. Entre 10 y 15 kilos han rebajado algunos. Narraron que los alimentos que les proporcionan están descompuestos, venían supuestamente con gusanos y cabellos, además que el agua no es apta para consumo humano.
“Más que felices por verlos, salimos muy triste de esta visita”, relata a OVP una madre de uno de las personas detenidas
Familiares expresaron que se sienten atemorizadas por la forma como fueron recibidas por los custodios y aseguran que las condiciones de reclusión son precarias e inhumanas, además les preocupa su salud mental de los detenidos, porque no están siendo tratados como es debido.
Existen detenidos con trastornos mentales o con condiciones médicas que no están siendo atendidos por médicos especialistas, así como tampoco se les están cumpliendo los tratamientos. Otros que se han enfermado dentro del penal y, aunque les han mandado los medicamentos que piden, no se los hacen llegar.
Familiares denunciaron que cada uno de los detenidos tienen asignados defensores públicos en tribunales de Caracas, pero no hay comunicación con ellos. Tampoco les permiten tener abogados de confianza, por lo que se encuentran totalmente desinformados y desasistidos.
Con información de OVP

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