La democracia uruguaya ha demostrado al mundo cómo se resuelven los conflictos políticos en las urnas, en una región donde han proliferado los fraudes electorales, los golpes de Estado y las posturas totalitarias
@angelmontielp
Muchos países de América Latina envidiarían tener el avance y el desarrollo de la República Oriental de Uruguay, conocida por muchos como la Suiza de América.
A pesar de su pequeño tamaño, posee un alto nivel de vida. De hecho, tiene el más elevado desarrollo humano de América Latina, una democracia fuerte, vigorosa y es uno de los países con el alfabetismo más alto. Es considerado además el menos corrupto y el más seguro del continente.
Hoy Uruguay transita el camino de las elecciones generales. Están muy reñidas entre el opositor de centro izquierda el Frente Amplio y el Partido Nacional, en el poder.
En la primera vuelta de las elecciones, el Frente Amplio quedó como el más votado. El segundo lugar lo ocupó el Partido Nacional, a 15 puntos del ganador de la primera vuelta. Sin embargo, la suma de las fuerzas que conforman la coalición gobernante supera al Frente Amplio. Una situación que llena de incertidumbre la segunda vuelta, pautada para el 24 de noviembre.
Otra novedad que ha surgido es que ninguna de las dos fuerzas políticas tiene mayoría en el Congreso. Un escenario que obligaría al nuevo presidente electo a dialogar con el partido que quede en la oposición.
La Corte Electoral de Uruguay publicó el 99,92 por ciento de las actas del escrutinio que dio a Yamandú Orsi, del Frente Amplio, como el candidato más votado con el 43,9 por ciento; y al candidato oficialista del Partido Nacional, Álvaro Delgado, el 26,8 por ciento.
Ambos competirán de nuevo el 24 de noviembre en la segunda vuelta. En esta se conocerá en definitiva el nuevo presidente de Uruguay, que sustituirá a Luis Lacalle Pou.
Uruguay es un país donde el civilismo y la tolerancia política es un orgullo nacional, lo que garantiza que el próximo presidente sea un negociador.
La democracia uruguaya ha demostrado al mundo, en cuatro décadas, cómo se resuelven los conflictos políticos en las urnas, en elecciones transparentes. Son reglas claras en una región donde han proliferado, entre otras desgracias, regímenes que distorsionan la democracia y destruyen las libertades básicas; los fraudes electorales, los golpes de Estado y las posturas totalitarias.
La democracia uruguaya no es perfecta, pero en ella se alternan partidos de distintas ideologías y los grandes problemas nacionales se resuelven en forma directa por el país y su gente.
No es una casualidad. La democracia en Uruguay existe porque fue rescatada de la dictadura con la unidad, el esfuerzo y la inteligencia de mucha gente que lo arriesgó todo por la libertad.
Han pasado 40 años de la dictadura en Uruguay y cada día se refuerza más la democracia en medio de la diversidad de opiniones.
angelmontielp@gmail.com
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