El Espanyol se apunta a la insurrección ante el Celta – Futbol

Ante un Celta que venía de haber superado claramente al Barça en Balaídos supo recuperar los valores que lo llevaron a un buen inicio de curso: solidaridad, entrega, solidez defensiva y rentabilizar al máximo sus ocasiones. Ante los vigueses le bastó una posesión del 21% para llevarse un triunfo de oro. Una victoria que demuestra la insurrección de unos pericos que no bajarán los brazos y que pelearán por su suerte hasta el final.

El técnico catalán revolucionó la alineación titular: lo requería el fracaso absoluto en Girona (4-1, con cuatro tantos encajados en el minuto 27). Cinco cambios y debut de titular de Justin Smith ante un Celta ofensivo, con tres centrales y un tridente ofensivo de lujo. El arranque, de acuerdo al guion esperado, fue de control absoluto de balón por parte viguesa (16% de pelota para los locales en el 20’) ante un Espanyol precavido atrás, intentando cerrar vías de acceso a su castigadísima portería pero sin proyección ofensiva alguna.

Sin embargo, la mejor ocasión la tuvo Jofre, cuando a los 24’ ‘cazó’ un centro de Puado que ningún otro jugador detectó pero que el gironí cruzó en exceso con todo a favor. La acción pareció animar a los locales: al minuto siguiente, Cardona se escapó por la derecha pero Puado no pudo alcanzar el esférico en el interior del área

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El plan de partido de Manolo perseguía reforzar la confianza de los suyos a partir de recuperar la solidez defensiva y a partir de ahí, iniciar un desarrollo del juego que permitiera ir a por el triunfo. Y le salió redondo cuando a los 40’ Cardona la cogió casi en su propia área y tras cruzarse todo el campo engatilló desde fuera del área con la derecha para anotar el 1-0. Un golazo para irse al descanso en ventaja.

Empezó el segundo tiempo con un par de ocasiones para Jofre y una entre ambas de Ilaix. La segunda del de Girona obligó a Guaita a lucirse y mandar a córner un balón que, en su saque desde la esquina,  Cabrera engatilló con la zurda para el 2-0 que enloqueció a los casi 24.000 irreductibles que se desplazaron hasta el RCDE Stadium. Un golazo. Otro golazo.

Quedaba un mundo pero el Espanyol estaba mucho mejor de lo que había imaginado. Jofre, infatigable, la volvió a tener de volea, pero no encontró portería. El Celta seguía sin dar con la llave que le permitiera abrir pasillos para llegar hasta Joan, pertrechado por un tándem Cabrera-Kumbulla imperial.

Muy concentrados, sin las lagunas que los condenaron al fracaso en sus partidos más recientes, los blanquiazules iban viendo cómo el paso de los minutos jugaba a su favor ante un Celta que lo intentaba por parte de Mingueza (69’) en una acción en la que reclamó un inexistente penalti y Aspas a los 72’ para un equipo vigués que no bajaba los brazos.

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Pero como la tranquilidad no tiene sitio en el imaginario perico, Carlos Romero cometió un penalti a los 83’ que parecía innecesario y que Aspas convirtió en el 2-1. Los nervios duraron cinco minutos, los que tardó Cheddira en transformar en gol un balón de oro servido por Javi Puado. 3-1. Minuto 88. Lo que pocos podían imaginar. Lo que soñó Manolo González. Lo que llevaron a la práctica sus jugadores. Lo que celebró por todo lo alto una parroquia perica entregada al entrenador, coreado de manera unánime y al borde del infarto en los últimos minutos.