Que Dani Olmo está de dulce no es algo nuevo. El de Terrassa, único fichaje del FC Barcelona este verano, lleva así desde junio, cuando todavía como jugador del RB Leipzig se proclamó máximo goleador de la Eurocopa que ganó la selección española, la cuarta de su historia.
“Yo ya sabía el jugador que era. Algunos se sorprenden ahora que juego en España, pero sabía lo que podía dar. Sobre el Barça, sabía que iba a ir bien”, dijo el egarense en la previa del duelo ante Dinamarca, a la que los de Luis de la Fuente derrotaron por un ajustado 1-2 para asegurarse el primer puesto del Grupo A4 de la Nations League.
Y lo hicieron, en ausencia de Rodrigo Hernández, Dani Carvajal o Lamine Yamal, entre otros, liderados por un Olmo que por momentos pareció levitar sobre el Parken de Copenhague. El azulgrana, omnipresente, fue un dolor de cabeza constante para la zaga local y se entendió a las mil maravillas con Ayoze Pérez, MVP de la noche y al que habilitó en el 0-2.
Olmo recibió de Martín Zubimendi en tres cuartos, se giró en presencia de dos rivales y dejó solo al canario, que la cruzó perfecta ante el incombustible Kasper Schmeichel. Décima asistencia como internacional español de Dani, que ya suma un doble-doble (11 tantos y 10 pases de gol) en 42 partidos con la Roja.
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Mediapunta de inicio, con la entrada de Fabián Ruiz Olmo pasó a la izquierda antes de ser sustituido por Nico Williams ante la posibilidad de ver una amarilla que le acarreara suspensión. Aunque bien haría de reservarlo De la Fuente ante Suiza.
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