Raphinha asumió con jerarquía el 10 de la selección de Brasil ante Venezuela y la exigente opinión pública del país de los cinco títulos mundiales bendijo la elección. Una de las camisetas más pesadas de la historia del fútbol por haberla lucido en el pasado glorioso de la ‘verdeamarela’ leyendas como Pelé, Rivelino, Zico, Rivaldo, Ronaldinho o Neymar, la lleva desde este noviembre de 2024 el jugador del FC Barcelona. Según lo publicado estos días en los medios brasileños, Raphinha se ha ganado legítimamente enfundarse el 10 al estar protagonizando «la mejor temporada de su carrera», como se pudo leer en Globoesporte, recordando los 12 goles y 8 asistencias que ha firmado Raphinha en el FC Barcelona en apenas 17 partidos este curso. Su golazo de falta directa frente a Venezuela es ‘copyright’ del 10 de Brasil de muchas épocas, pero este medio recordaba que con su tiro de zurda «rompió el tabú», una racha de falta de puntería en las faltas directas que duraba desde 1999, en la Copa América, y desde 2005, en las eliminatorias mundialistas. GE detallaba ese consenso al resaltar que Raphinha «fue aclamado por crítica y aficionados, al punto que las exigencias del momento eran que lanzara el penalti fallado por Vinicius contra Venezuela». Efectivamente, tras el empate a uno ante ‘la vinotinto’, los medios brasileños no evitaron la comparación con el papel con la ‘seleçao’ de Vinicius Junior, el puntual y el global. Los números de Raphinha, aunque a muchos les pueda sorprender teniendo en cuenta la polémica generada a raíz de la no concesión del Balón de Oro al extremo del Real Madrid, son netamente mejores en su aportación con la selección. Mientras el jugador del Barça, tras sus tres goles en los últimos dos partidos con Brasil suma con selección 10 goles y 6 asistencias en 30 partidos desde su estreno en 2021, el madridista Vinicius ha anotado con el equipo nacional 5 goles y 5 asistencias en 36 partidos.
La consecuencia de esta realidad estadística e incluso anímica, viendo además que Vinicius volvió e tenérselas con rivales y también con el equipo arbitral durante el Venezeuela-Brasil, es el tratamiento que la prensa brasileña dispensa al jugador del Barça, bendiciendo su elección como 10 de la ‘seleçao’. «El mejor jugador brasileño de la temporada es también el mejor jugador de la Seleçao, Raphinha está contento con la vida y con el balón», resumió Globoesporte, que ve a un jugador creciente «con el 10 a la espalda y el pie calibrado, repitiendo el éxito del Barcelona al brillar en la selección». «Es la gran esperanza de Brasil ante Uruguay el martes, la principal arma del seleccionador Dorival Junior«, destacó.
De Raphinha gustaron incluso sus inconformistas declaraciones, cuando dijo tras ele 1-1 ante Venezuela que, para él, «lo más importante es ganar, y cuando no ganamos, me voy triste».
En octubre, en una entrevista para Globoesporte, Raphinha asumió que su salto de calidad, tanto en el Barça de Hansi Flick, que le centró en el campo, como en la selección, tiene que ver con su adaptación a la necesidad del guión colectivo. «Entendí que, si quería jugar, ya fuera en el Barcelona o aquí en la ‘seleçao’, tendría que adaptarme a cualquier posición», dijo.
En Lance, otro de los medios de referencia en Brasil, también se destacó que Raphinha «vive el mejor momento de su carrera» a sus 27 años. Igualmente, Folha de Sao Paulo, festejó que «Raphinha estrenara su 10 cobrando una falta directa», contrastando que Vinicius «fallara un penalti». De ahí que la consecuencia de todo ello para Raphinha es que provoque consenso que aparcara los dorsales 19 o 11 para enfundarse el 10 de Brasil; palabras mayores.
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