El Atlético de Madrid volverá a sufrir una considerable reestructuración este próximo verano. Más allá de las incorporaciones que puedan darse, que se darán, hay una serie de nombres que terminan contrato o que son susceptibles de salir, que podrían decir adiós al equipo colchonero.
En el primer apartado, en el de los que terminan contrato, hay casos como los de César Azpilicueta, Reinildo Mandava, Axel Witsel o la cesión de Juan Musso. En el segundo, en el de los que no terminan contrato, pero podrían protagonizar alguna noticia en este sentido, hay muchos otros nombres.
Entre ellos, destaca uno, sobremanera, el de Antoine Griezmann. Con contrato hasta junio de 2026 con el Atlético de Madrid, el futuro del delantero de 33 años es uno de los temas que más líneas están moviendo en estos últimos días en Francia. Una posible salida a la Major League Soccer en un futuro próximo, tal y como siempre fue su deseo, el de acabar su vida deportiva en Estados Unidos, cobra más fuerza que nunca.
La cuestión aquí está en qué pasará en la presente temporada. No hay aún nada decidido en ninguno de los sentidos, todo dependerá de cómo se desarrolle el curso. Hay muchas cosas que sopesar, pero podría suceder que, al final de esta temporada, vivamos otro episodio de aquel documental de ‘La Decisión’, que el galo realizó en su momento cuando parecía que se iba a ir al FC Barcelona (lo acabaría haciendo al curso siguiente). Eso sí, sin documental de por medio.
Si algo enseñó al jugador todo aquello es que este tipo de situaciones, que pueden generar dolor en parte de los aficionados, se han de tomar de la forma más discreta, sin un envoltorio tan ostentoso como aquel. Es decir, de producirse, sería algo más natural, sin alharacas.
Y ya decimos que dependerá de lo que suceda en esta temporada, de cómo se encuentre, de qué papel tenga, de lo que sea capaz de pelear el propio Atlético de Madrid. A día de hoy, con la mayoría de objetivos cumplidos, no hay tantas cosas que puedan retener al francés en el club colchonero.
Ya es el máximo goleador de la historia del Atlético, ya logró títulos con la rojiblanca, está cerca de entrar el en top-10 de jugadores con más partidos en la historia del club, pero tiene muy lejos ser el extranjero con más participaciones (Oblak suma 462 por sus 407), por ejemplo. Obvio que le encantaría ganar más, pelear LaLiga, por qué no soñar con la Champions… pero la realidad es que son objetivos muy complejos de conseguir.
SUS AMIGOS DE EE.UU. APRIETAN
Por supuesto, el jugador está encantado en el Atlético, es ídolo, vive bien en Madrid junto a su familia, se siente querido, valorado… Pero el sueño de Estados Unidos sigue vigente y no habría por qué esperar a 2026 (con 35 años) para vivirlo. Carlos Vela, Hugo Lloris y Olivier Giroud siguen presionando para que se una lo antes posible a Los Ángeles FC en la MLS. Tres amigos íntimos que no paran de lanzar el anzuelo, en público y en privado.
“Será su elección, pero efectivamente hay mucho ruido al otro lado del Atlántico”, comentaba hace unas semanas Lloris, en palabras a Téléfoot. “Estaremos encantados de darle la bienvenida con los brazos abiertos aquí en Los Ángeles. Sabemos que ya ha habido contactos. Sería genial reunirnos los tres”, señalaba Giroud.
Una buena temporada en lo deportivo para Griezmann, con algún título y un buen rendimiento personal, podrían empujarle a terminar de cumplir su contrato con el Atlético. Una campaña complicada, sin grandes alegrías, podrían llevarle a adelantar su marcha a Estados Unidos. Una situación a la que el club colchonero no se opondría porque el jugador se lo ha ganado. En el Metropolitano asumen que se aceptará, en un sentido u otro, lo que el jugador decida al final de curso. Si es seguir, seguir. Si no, pues nada, separar caminos y desearle lo mejor.
En cuanto al Atlético, el jugador pidió públicamente, la temporada pasada, una renovación. La dejó caer. Pero la idea del club es otra ahora mismo. Como tiene contrato por la temporada actual y la siguiente, no hay prisa.
Se valora la figura que es, se le quiere y se le respalda. Pero eso no significa poner sobre la mesa, de momento, una renovación. De hacerlo sería en 2026, antes de acabar contrato (con 35 años), para valorar cómo está la situación en todos los sentidos.
Su sueldo es de los más altos (pese a la rebaja que aceptó para volver al Atlético) y a partir de esa edad, las renovaciones son anuales, algo que puede no cuadrarle al de Macon en ese punto de su trayectoria. Si ha sido así con Koke Resurrección, jugador con más partidos en la historia del Atlético, no se modificará esa política por absolutamente nadie, salvo un cambio inesperado de parecer en el club.
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