Arde el espanyolismo. El 4-1 ante el Girona (4-0 a los 27 minutos), unido a los gritos de ‘a Segunda’ que se oyeron en Montilivi, terminó por destapar las caja de los truenos en un club que va a la deriva desde hace mucho tiempo.
Dos descensos en tres temporadas, hecho insólito en los 124 años de historia del RCD Espanyol, no han sido suficientes para poner en alerta a una directiva ausente que no invirtió un euro en verano pese a las marchas de jugadores clave como Martin Braithwaite o Nico Melamed. Incluso Keidi Bare.
Y mientras tanto, Mao Ye Wu, CEO perico y hombre fuerte de Mr. Chen en Barcelona, presume de músculo financiero. “Económicamente estamos en uno de los mejores momentos de nuestra historia”, lanzó el dirigente en los micrófonos de Movistar+.
Mao también mostró “confianza” total en Manolo González, al que definió como un técnico “de la casa, trabajador y que toca con los pies en el suelo”. Y que, según pudo confirmar Mundo Deportivo, se sentará en el banquillo ante el Celta, el próximo sábado (RCDE Stadium, 18.30h.). Un partido con tintes dramáticos para el Espanyol después de la “vergüenza” de Girona, según palabras del director deportivo, Fran Garagarza.
El de Mutriku mantuvo un tenso cara a cara con algunos aficionados tras el pitido final y estuvo presente en la reunión con los grupos de animación blanquiazules, que con la expedición de vuelta en la Ciudad Deportiva Dani Jarque pidieron explicaciones a los tres capitanes del equipo (Sergi Gómez, Javi Puado y Lele Cabrera), Manolo y el citado Garagarza. En seis días, mucho más que tres puntos en juego en Cornellà.
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