Dos golpes clave, por Santi Nolla – Futbol

El Barça se dejó dos puntos en Balaídos tras ir ganando 0-2 a falta de siete de minutos para el final del encuentro. La expulsión de Casadó y un grave error de Koundé fueron la clave del primer empate del Barça de Flick. La extraordinaria racha y buen momento de forma de Raphinha no bastaron para ganar en Vigo. El Celta supo aprovechar, con una enorme presión, el jugar los minutos finales ante diez futbolistas. Los gallegos intentaron (15-9) más disparos (buen partido de Iñaki Peña) y lanzaron más a puerta que el FC Barcelona (8-4).

Los blaugrana no fueron capaces de cerrar el partido, tras adelantarse con un gol de Raphinha en un despiste de Mingueza. La insistencia de Lewandowski permitió elevar el segundo tanto al marcador, pero el equipo no estuvo fino en su juego. El resultado era un poco engañoso, con un Celta muy peligroso y un Barça con demasiadas pérdidas de balón, incapaz de poner orden y organizar con eficacia la presión. Iñaki Peña salvó al equipo en varias situaciones, pero el marcador mantuvo una victoria que se fue por los suelos tras la expulsión de Casadó y el error de Koundé, que ya había tenido un despiste de concentración en un control errado en la primera parte.

Tras el partido, Flick y Koundé fueron muy claros en sus explicaciones. El técnico comentó que el equipo había jugado mal y el defensa francés admitió el error, culpándose del empate. No habría que poner el acento en un solo jugador y agradecer la autocrítica, pero el Barça debe volver a la máxima concentración en todo el partido, desde el primer minuto al último, recuperar la verticalidad y el tono físico que permite una presión eficaz. El empate en Balaídos sabe a derrota para el barcelonismo y a victoria para los aficionados del Celta. El Barça salió perdiendo dos puntos y los gallegos ganando uno. En la visión global del partido, los blaugrana no fueron capaces de poner sobre el campo, todo el tiempo, los puntos básicos de intensidad, concentración, presión y físico que han caracterizado el Barça hasta ahora. El Celta no se rindió nunca y aprovechó dos golpes (la expulsión y el error) para empatar un partido que tenía perdido.