Marc Casadó se propuso convencer a Luis de la Fuente en su primera convocatoria internacional con la selección absoluta. Y lo logró. Sabía que el técnico riojano había abierto un cásting para el mediocentro tras la lesión de Rodri y su buen papel con el Barça le dio la oportunidad. Repleto de confianza por su consolidación como blaugrana, el de Sant Pere de Vilamajor, a sus 21 años, ha seducido al seleccionador. “Marc lleva un partido y medio con nosotros y juega como un veterano” e insistió: “Yo no me dejo de asombrar de su madurez al verle jugar con esa confianza, esa seguridad y ese control de la situación”, aseguró De la Fuente tras su partido en Tenerife.
Los elogios al canterano azulgrana también vienen por parte de sus compañeros. “Es un pitbull”, apuntaba Pedri. “Escandaloso cómo juega y cómo rasca”, añadía Bryan Zaragoza. “Una máquina”, lo definía Yeremy Pino.
Un mediocentro intenso, de los que muerde, pero talentoso, con una clarividencia de las que se mama en la Masia. También la prensa madrileña lo alabó. “El catalán demostró tener tablas de jugador hecho. Ante él tenía a centrocampistas de primer nivel como Xhaka y Freuler, pero Marc jugó con la frialdad y descaro de quien ha dado lecciones en el Bernabéu o ante el Bayern”, escribió Miguel Ángel Lara en Marca.
Casadó ha convencido al seleccionador y al entorno de la Roja. No hay debate. Si sigue a este nivel será un habitual en la selección, más ahora que no está Rodri. Porque De la Fuente, que lo ha bautizado como “un descubrimiento”, confió en Marc tras la lesión en el abductor de Zubimendi. Y en Tenerife, viendo el resultado que le había dado, no dudó en darle la titularidad.
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El chico respondió con serenidad y autoridad. Completó los 90 minutos a máximo nivel contra dos mediocentros experimentados. Sobre todo Xhaka, uno de los que más despuntó en la última Eurocopa. Contra los helvéticos, Marc Casadó fue el centrocampista español que más participó, mostrando su personalidad, sin arrugarse. 79 toques al balón y un 91% de acierto en el pase (59 de 65). Su intensidad y capacidad defensiva se tradujo en 5 balones recuperados, tres entradas con éxito y 11 duelos ganados de los 12 que intentó. Pero no solo es trabajo, Casadó, además de mover al equipo, fue atrevido e intentó dos tiros lejanos, que salieron desviados.
A Marc Casadó nadie le ha regalado nada. Ha tenido que esperar su momento, aprovechar oportunidades, aunque sean desagradables porque llegan tras lesiones de compañeros. “Ahora me tocará convencer a De la Fuente e intentaré hacerlo lo máximo posible para que así sea”, dijo en la entrevista a MD antes de su debut. La respuesta en la RFEF es clara: “Ha venido para quedarse”. Le esperan en marzo
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