Hablar de Pedro Rodríguez Ledesma (37) es hablar de un valor seguro. Ni cuando era ‘Pedrito’ ni ahora que es ‘Don Pedro’ ha variado su manera de jugar. Nunca ha sido un jugador de regates imposibles ni de ‘freestyle’. Pedro es otra historia. Es lucha infinita, es olfato de gol, energía, nervio, desmarques y compromiso. En definitiva, hombre de equipo. Tenga un rol u otro siempre encuentra la manera de ayudar. Olfatea el gol y tiene un idilio con aparecer en los momentos clave que se tiene o no se tiene. Pep Guardiola lo descubrió hace más de 15 años y sigue dando guerra y enamorando a entrenadores. Ahora con la camiseta de la Lazio.
Lo ganó todo con el Barcelona en su día. Fue pieza vital del mejor Barça de la historia, aportando su granito de arena. Siempre humilde, siempre presente. La inteligencia de saberse adaptar a lo que pida el equipo en cada momento es la clave de su éxito. También ganó Mundial y Eurocopa con España. Casi nada.
De dulce en la Lazio
Cuando la lógica indicaba que Pedro iría perdiendo poco a poco protagonismo en la Lazio, como pasó el curso pasado, ha sucedido todo lo contrario. A las órdenes de Marco Baroni vuelve a ser determinante. Sin prestar atención a si juega más o menos minutos, lo realmente importante es que los minutos que disputa son de calidad.
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En once partidos entre todas las competiciones lleva 6 goles y 2 asistencias. En Europa League ya son 3 tantos y 2 asistencias en cuatro encuentros. Su gol en la cuarta jornada de Europa League ante el Oporto (2-1) llegó en el 90+2′ para colocar al equipo en la primera posición de la liguilla. Leyenda viva del fútbol español el atacante tinerfeño.
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